lunes, 9 de agosto de 2010

Choroní y Puerto Colombia: Mixtura cultural en costas aragueñas

A los pies del Barlovento oriental, en el Parque Nacional Henri Pittier, una costa de aguas bravas de color azul turquesa, tan cargadas de sal como de una rica mezcla cultural afrocaribeña y europea, rompe contra los acantilados bañándolos en un cíclico vaivén de fantasía en degradé, convirtiendo a esta región en retrato ideal para los millones de visitantes que, año tras año, acuden a Choroní, seducidos por su encanto natural y la calidez de sus habitantes.

A poco menos de una hora y media de camino desde la ciudad de Maracay, capital del estado Aragua, atravesando una angosta ruta montañosa de vegetación tropical, se encuentra el pintoresco y acogedor pueblo de Choroní.

De múltiples opciones para vencer el aburrimiento, las poblaciones de Choroní y Puerto Colombia -este último tan cercano que hoy comparten la misma comunidad- garantizan entre sí el disfrute a plenitud de quien lo visita.

En este sentido, un sinfín de atracciones naturales bendice a estas dos localidades, que por un costado son acompañadas por el raudo ritmo del río Choroní,

Choroní conserva la arquitectura y tradiciones coloniales, allí vive la mayoría de las primeras familias asentadas y da la bienvenida a los visitantes; mientras que Puerto Colombia, lleva la batuta en cuanto a servicios turísticos, además de poseer el acceso al mar.

Zona de embarque, Puerto Colombia, es el lugar ideal para partir a visitar las playas cercanas y una de las opciones más recomendadas es Chuao, porque entre otras cosas, allí se puede de la siembra del cacao.

Otras alternativas son Uricao, Valle seco y Cepe, donde se puede disfrutar de aguas más tranquilas y aptas para los niños, a diferencia de las demás que son ideales para surfear.

Sus habitantes conforman una comunidad multicultural que guarda en su historia capítulos escritos por los indios Churuní, de donde proviene el nombre de esta población.

Fueron ellos los primeros que habitaron estas tierras y recibieron la llegada de los blancos feudales y terratenientes, para luego ver arribar a negros esclavos que trabajarían en las haciendas de Cacao.

De la unión de estas razas tras varias generaciones, resultó una excepcional comunidad llamada hijos de Choroní, quienes luchan día a día por mantener las raíces indígenas en cuanto a la utilización de productos agrícolas para fortalecer la gastronomía local y cultural heredada de la raza negra, que encabeza los golpes de tambores y tradiciones afrocaribeñas y de los blancos mantuanos y de orilla, el manejo de los recursos naturales y turísticos destinados al disfrute de los visitantes.

Multidestino natural

Si bien impera el deseo de divertirse en una bahía de contrastes entre el mar, la arena y la sombra de sus cocoteros, existen opciones para todos los gustos.

Los visitantes de estas cálidas poblaciones costeras pueden realizar la expedición a los pozos de agua a través del recorrido del Río Choroní y en una excursión ascendente desde Puerto Colombia, se encuentra el Pozo Sabaneta. Más arriba, en el Sector La Planta detrás del Museo de Cadafe, se llega a un delicioso pozo, justo a la entrada de la Hacienda Sabaneta. Subiendo un poco más, El Lajao es muy concurrido por gente joven y tiene un tobogán de agua muy divertido.

A la mitad del camino esta El Dique, una verdadera aventura sin mayores riesgos, donde cascadas caudalosas provocan una ducha de frescura y entretenimiento, mientras que La Virgen, es un pozo pequeño y acogedor. Muy seguro y fácil de ubicar frente al altar de la Virgen del Carmen en Uraca.

La Nevera, es paradisíaco y tranquilo, se encuentra muy cerca de la batea de Romerito. El frío de sus aguas es un reto para los amantes de estos pozos.

Caminata de montaña

Virgilio Espinal, mejor conocido entre la comunidad choronisera como “Vivi”, amante de la preservación del medio ambiente, organiza grupos de expediciones a la montaña que cuida al pueblo de Choroní.

Vivi, experto en caminatas guiadas para observar la naturaleza de especies de plantas como el bambú, palmeras, árboles frutales, flores y bromelia, organiza paseos que duran entre 5 y 8 horas, donde también destaca la observación aves propias en el Parque Nacional Henri Pittier, una de las zonas más prolíficas en el país para la práctica de esta actividad.

El periplo parte desde Choroní hacia el piedemonte, para internarse en sus laderas y estrechos caminos a los pocos minutos de andar. Durante el recorrido, a una hora y media de senderos tropicales la famosa Estación Biológica Rancho recibe a los turistas.

Luego, dependiendo del tiempo restante y condiciones climáticas, Vivi invita a los participantes a compartir la adrenalina experimentando con un poco de Canopying, rapel de ascenso a tres altos árboles que se encuentran a lo largo del recorrido. El paseo sigue a las dos horas de caminata por el río, hasta llegar a la Fundación Cultural Aguafuerte, una antigua presa construida por esclavos de la colonia, y posteriormente acondicionada para ser la primera planta eléctrica que generaba electricidad a Maracay en 1950.

Disfrutar de la cultura es una opción

Miles de secretos por descubrir de un pasado histórico multicultural esperan a los visitantes en Choroní. En marzo, se sigue la puta religiosa de la Semana Santa e incluso, los famosos tambores que resuenan casi todos los días del año, deben hacer voto de respeto por las creencias de estos siete días, para volver a sonar a partir del domingo de resurrección.

Mes de las flores y de la cruz es mayo, cuando en este pueblo se cantan fulías, parrandas, décimas y repiques y en junio, la principal fiesta del año es en honor a San Juan El Bautista, fiesta multicolor que resalta el esplendor de los atractivos naturales, la magia religiosa del Santo y la congregación de comunales cercanas al ritmo del tambor. En julio, las fiestas del Carmen, celebradas en la parte mas alta del pueblo, especialmente, en Uraca y 12 de agosto, se festeja el día de la patrona de Choroní, Santa Clara de Asís.

Alejado de las calles abarrotadas de turistas, a 15 minutos de recorrido a pie, entre Choroní y Uraca, se encuentran los trapiches, donde comunidades dedicadas al desarrollo sustentable del pueblo, ofrecen los días jueves y viernes una demostración de la elaboración del papelón de cono.

“Choroní no es solamente playa y negros, es un abanico multicolor de opciones para el disfrute y recreación. Es inolvidable la estadía en estas tierras.” María Nuitter, cultora popular de Choroní.

Historia venerable

La Madre María de San José, nació en Choroní, el 25 de Abril de 1875. Desde sus primeros años llevó una vida cristiana ejemplar y sus grandes ideales fueron encausados por el celoso sacerdote Vicente López Aveledo, conocido como el “apóstol de la caridad”, párroco de Maracay, capital del estado Aragua.

Desde los 17 años de edad, la Madre María se consagra al servicio de los más pobres y en 1901, decide junto al padre Vicente fundar una congregación que se ha extendido por varias regiones de Venezuela. La Madre María de San José, quien siempre se distinguió por su alta capacidad de sacrificio, caridad, humildad y sencillez, murió a los 92 años de edad el 2 de Abril de 1967.

El 7 de marzo de 1992, el papa Juan Pablo II declaró la heroicidad de sus virtudes, con lo cual adquirió el título de Venerable. Sus restos se encuentran en El Santuario de la Madre María de San José cerca de la Plaza Girardot en la capilla de la Congregación de las Hermanas Agustinas Recoletas, boulevard Madre María de San José, Hogar Inmaculada Concepción, calle Santos Michelena, Nº 14. 10.

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